Historia Sociedad

Elenita, la casita de veraneo de Frondizi en Ostende, un patrimonio histórico que se niega a desaparecer

La casa de madera que Arturo Frondizi construyó con sus manos y otros familiares y que llamó Elenita, en honor a su única hija, es la única sobreviviente de la década del 30. Un monumento que solo requiere de los cuidados brindados a los balnearios.

Cuando uno camina, en este invierno benigno, por las playas de Ostende, se topa a unos 4 kilómetros del muelle de Pinamar, acechada por un médano, con una casita de madera construida en 1935 por las familias Frondizi y Faggionato, Impacta su pequeñez y aparente desprotección, más los carteles que refieren que allí, en Estocolmo 2, veraneaba Arturo, el expresidente desarrollista (1958-1962); y el nombre de la morada, levantada sobre pilotes: Elenita (en homenaje a la única hija del matrimonio), inscripta en un típico salvavidas anaranjado circular, con cuatro franjas blancas.

Es un atractivo cultural, patrimonio histórico – el único que queda de aquel siglo -, al que lamentablemente las autoridades municipales (enfrascadas hoy en las PASO de agosto), no le prestan atención como parte del paisaje originario. Algunos hablan de desidia y abandono. La sobrina y heredera de Elena, Mercedes Faggionato, evita calificativos ante El Diario del Mar, pero custodia – en forma humanitaria y social -, la reliquia. Ha logrado constituir una Asociación de Amigos de La Elenita, que ya rescató la edificación de madera y la restauró en 1993.

Obviamente, el poder desgastante de la arena es incesante. Pero podría contrarrestarse con un tratamiento de enquinchado: una suerte de barrera hecha de álamo y alambre de poco más de un metro de altura, que combate el gran problema de erosión que soporta la costa atlántica.

Es una cuestión de sentido común, “de manejo”, explicaron algunos miembros de la Asociación. “Solo se necesita de un mantenimiento similar al que se les da desde hace años a los balnearios. ¿No se puede? Sí, se puede«, agregaron usando sin proponérselo una consigna macrista del 2015.

¿Frondizi, como presidente democrático, merece preservar la memoria costumbrista en ese Ostende que subyugó a los belgas en 1913, y no pudo concretar su despliegue por el comienzo de la Primera Guerra Mundial?

Un patrimonio cultural y natural en peligro

El dirigente de la exUCRI, luego exMID, tuvo varias facetas: fue un joven sobresaliente adscripto a los ideales del radicalismo; hizo un pacto con Perón, mientras este estaba en el exilio, para llegar a la Presidencia con sus votos; impulsó una política industrial petrolera autónoma; también aplicó el plan represivo Conintes; se reunió con el “Che” Guevara en Punta del Este, lo que le valió el mote de “comunista” por parte de los militares que terminarían volteándolo; ya anciano, se corrió a posiciones de derecha. Aun así, es un personaje respetado de la vida nacional y popular, que anidó contradicciones aún vigentes en la Argentina contemporánea.

La casa – vale la aclaración -, no es un museo, No existe litigiosidad jurídica alguna tampoco. Sin embargo, unos datos rescatan su valor simbólico por sobre los intereses comerciales siempre presentes en una sociedad que se subordina al consumo y poco vela por las tradiciones.

En Europa no desdeñarían un patrimonio educativo tan valioso. En las imágenes alusivas que la identifican, donde sobresale Arturo Frondizi, puede observarse también a sus hermanos: el intelectual Silvio (asesinado por la Triple A) y Risieri, rector de la UBA; además de una carreta del abuelo radical del actual precandidato a intendente de Unión por la Patria (UxP), el camporista Gregorio Estanga. Arenillas mágicas de cuando proliferaron aquellas pequeñas construcciones como la de Elenita, la única sobreviviente. Es un ejemplo cabal de cómo se veraneaba en la Argentina entre 1910 y 1980, aproximadamente, cerca del viejo Hotel Ostende.

Mercedes Faggionato apenas remite a documentos que señalan que las obras sobre pilotes respetan el ecosistema dunícola y contribuyen a evitar la erosión que amenazan a las playas bonaerenses que adquieren características sustentables. “Los Partidos de Pinamar y Villa Gesell han legislado para que los nuevos paradores sean hechos con este sistema”, desliza al pasar.

El monumento y edificio histórico recibe visitas guiadas para escuelas y de interesados en el acervo cultural, en general, Lo hacen a pesar de que “en este momento se encuentra seriamente amenazado por el avance de la arena, debido a la falta de un manejo correcto del dinámico entorno natural”. Mercedes es una luchadora incansable: no está dispuesta a sufrir ningún síndrome de Estocolmo.

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Periodista. Trabajó en Crónica, NA, DyN, Clarín, Televisión Pública, Canal 13, La Nación y en el diario Río Negro. Becado por la Universidad de Harvard, asistió a cursos de perfeccionamiento en Boston, Estados Unidos. Además estudió en Alemania y Francia.

3 comments on “Elenita, la casita de veraneo de Frondizi en Ostende, un patrimonio histórico que se niega a desaparecer

  1. Avatar de Adrián Camps
    Adrián Camps

    Hace pocos días estuve paseando por la playa de Ostende y no pude encontrar «La Casita de Frondizi» Seguramente le pasé por al lado sin darme cuenta. Pregunté a unas personas y me dieron información equivocada. Es lamentable que no haya un solo cartel informativo, tanto en la playa como en la Avda Biarritz en su intersección con Estocolmo.

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