El tiburón sigue nadando en aguas argentinas

Astor Piazzolla, de niño, en la foto. Revolucionó el tango. No le gustaba que le dijesen que había retrocedido. Era un peleador. Reconocido (hace añares) más afuera que dentro de la Argentina, aunque se dio el lujo de lucirse en el Colón.

Hay que quererlo como era «piantao». Afirmaba que hay que tener más coraje para romper que para unir.

Uno de sus pecados, no perdonado por uno de sus hijos, es haber saludado sonriente al exdictador Jorge Videla, en una visita con otros artistas en la época del genocidio militar. Tuvo su lugar en la época de esos señores valientes para la guerra interna.