Como un personaje fundamental de América, apoyado en San Martín y Belgrano – y resistido por Buenos Aires y la élite salteña -, consideró a Martín Miguel de Güemes (1785-1821). el historiador Felipe Pigna.
“Mucho tiempo se lo ninguneó. En 1907 hasta se lo excluyó del Panteón de los Próceres y, a pesar del reconocimiento tardío, que excede al de un héroe salteño, aún debe cobrar mayor dimensión nacional e internacional”, dijo Pigna al exponer anoche en el Teatro De la Torre de Pinamar, en la presentación de su nuevo libro, editado por Planeta.
Hilando una narración a través de las preguntas lanzadas con simpatía por Nino Ramella, Pigna resaltó que Güemes, pertenecía a una familia rica y aún así tomó “un enorme compromiso social”, enfrentando a las clases pudientes de Salta, al frente del partido “Patria Vieja”.
Destacó que impuso, en medio de jurisprudencia judicial religiosa y militar, “un fuero para los gauchos que luchaban por la Independencia (de los españoles)” y a los que denominó “los infernales” por practicar una “guerra de guerrillas” contra las tropas colonialistas, atacándolos noche y día.
Pigna rescató, entre otros aspectos, el papel de su hermana María Magdalena “Macacha”, que se puso al frente de una organización de espías (constituida por mujeres, niños y ancianos, que daban información falsa al enemigo y verdadera a los criollos) y que se ocupó incluso de la Gobernación, cuando Martín (mandatario electo por el pueblo entre 1815 y 1821), debía estar en el campo de batalla.
“La red de espionaje fue increíble, abarcaba el sur de Bolivia, quebradas de Jujuy y vastas extensiones de Salta. A las patriotas se les llamaba también bomberas, por cómo transmitían sus mensajes a través de ese sistema sonoro”, explicó Pigna.

No dejó de contar curiosidades. José Hernández, por ejemplo, puso el primer nombre a su obra monumental Martín Fierro, en homenaje al salteño, por ser “el más gaucho entre los gauchos” que rechazaba que a sus rebeldes se los considerase simples “campesinos”.
Ramella quiso saber por qué “molestaba” Güemes con su prédica a los políticos unitarios. “Porqué era honesto y no se callaba nada. El Directorio (Carlos María de Alvear, más precisamente) lo quiso comprar y extorsionar y nunca lo consiguió”.
Contó qué, de jovencito, estando fortuitamente en Buenos Aires, le tocó intervenir en la primera invasión inglesa. «Al frente de una caballada tomó un buque británico que había encallado en aguas del Río de la Plata», señaló.
“Güemes fue un gaucho rebelde (NR: aclaró que no tiene relación con la palabra gauchada), que no acepta la pobreza digna como se hace en Don Segundo Sombra”, refirió.
Afirmó, además, que Güemes “fue el único general argentino muerto en combate con fuerzas extranjeras” y que el hecho no reconoce ningún parangón con lo ocurrido en la década de 1970.
En la descripción de época, Pigna resaltó igualmente que durante la colonia española había una “corrupción tremenda” y que tanto Güemes como su padre funcionario, se encargaban de hacer denuncias, tenían ideas progresistas y estaban ilustrados por franceses como Voltaire, Rousseau y Montesquieu.
Se opuso a la Inquisición que en Lima mandaba quemar libros y torturar gente, igual que San Martín, quien en ese mismo lugar creó una Biblioteca Nacional.
“Para los amantes de la libertad, la inauguración de bibliotecas alegra tanto como entristece a los tiranos”, era una frase de San Martín, quien rescataba las actividades y monumentos de la cultura incaica.

Cada vez que pudo, Pigna resaltó la comunión de Güemes con el pueblo, que lo acompañó no solo por una actitud “patriótica”, sino como modo de autodefensa ante los agravios de los españoles, que “mataban niños y violaban mujeres, en verdaderas razias sangrientas”.
Agregó que enfrentó “a la oligarquía de su terruño, identificada con el partido Patria Nueva”, imponiéndole cargas impositivas.
Reveló que sus tácticas cobraron fuerza porque luego se estudiaron en West Point y en academias francesas y que, de alguna manera, era considerado un “insubordinado” por Buenos Aires, a pesar de lo cual San Martín lo nombró general.
Su muerte, en el marco de una “lucha continental, no solo argentina”, no impidió que su segundo, Jorge Vidt (del ejército napoleónico), reconquistase Salta, aunque su ausencia “significó un retroceso en los avances sociales y el retorno al poder de la élite pudiente y conservadora”.


Claro que sí!! Tremendo héroe nacional, junto con San Martín y Belgrano. Muy escondido durante años, a tal punto que yo no lo conocí en la escuela en las clases de Hist. Arg, sino a posteriori y solo por inquietud personal.
Todos los años voy a su casa natal en Salta, ahora museo interactivo que les recomiendo muchisimo y a la Catedral donde estan sus restos. Un paseo obligado.