Reflexión

Poner el alma para vivir con lo que nos falta

La vida - de tan chistosa, dice benevolente el autor -, no nos permite sentirnos completos: nos da y nos quita, en una rueda interminable. Al margen de lo que mamamos de chicos, hay que poner el alma para entender que no nos vamos a sentir plenos.

Cada persona piensa a su manera. Si bien compartimos un lenguaje y expresiones mamadas desde la cultura y la educación (la de la escuela, pero sobre todo la de la casa), hay algo que pareciera ser único, y eso son nuestros pensamientos. 

Pocas cosas en la vida hacen a uno tan feliz, y una de ellas es reírse con una obra de arte que refleja lo que sentimos. Leemos el párrafo de una novela en la que el hombre se siente culpable porque ama a su pareja, pero le gustaría verla no tan seguido; el estudiante aliviado al ver que el mundo no se termina por sus exámenes; la chica triste porque “perdió” a sus amigas, por tal o cual motivo; el padre que añora su juventud rebelde.  

Sentimientos que se sienten muy dentro y que, por vergüenza o por creer que el resto no los va a entender, se guardan y no se comparten. Es que claro, ¿a Juancito le va a importar?

Hay distintos tipos de amigos para distintas charlas, y lugares determinados para cada actividad. Así nos hemos organizado. Para cumplir con el trabajo y las responsabilidades que generan riqueza, está todo bien claro. Pero para expresar el alma se vuelve un poco más complicado. 

Uno de los tantos sentimientos individuales compartidos es el de la falta. Sentimos que nos falta algo. En el caso de un adolescente o joven, una pareja. En el caso de un adulto, una madre querida. En el caso de un adulto muy mayor, la salud. 

 ¿Y si entendemos que no nos vamos a sentir completos? Que la falta convive con nosotros. Porque la vida es tan chistosa que nos da y al ratito nomás nos quita. Y cuando nos quita, tarde o temprano algo nuevo va a aparecer. 

0 comments on “Poner el alma para vivir con lo que nos falta

Deja un comentario