«Es un milagro estar vivo», dijo el dos veces ganador del Oscar, Anthony Hopkins, de 87 años, en una entrevista concedida a la editora de Cultura Medios de Comunicación de la BBC, Katie Razzall. Fue antes de publicar We Did Ok, Kid. Un relato honesto y por momentos perturbador de un hombre solitario que de niño fue acosado y marginado en su Gales natal, y se convirtió en uno de los mejores actores británicos a nivel internacional.
Humanidad rescata algunas partes del reportaje y reproduce el link para deleitarse con el artículo:
- A Hopkins le resulta «fascinante» la complejidad del ser humano… ¿cómo se puede producir a Beethoven, Bach y luego a Treblinka y Auschwitz?
- «Instintivamente supe cómo interpretar a Hannibal Lecter (En el silencio de los inocentes, 1992, junto con Jodie Foster). Tengo al diablo dentro. Todos tenemos al diablo dentro, sé lo que asusta a la gente», describió.
- Siguió interpretando a Lecter de forma letal. Así que, cuando estaba caracterizado frente a otros actores, decidió expresar: «No le quites la vista de encima a la persona. Es aterrador».
- Para la periodista imitó la voz ronca y metálica de Lecter y pareció disfrutar repitiendo las palabras de su personaje a Clarice, el personaje de Jodie Foster. «No sois del FBI de verdad», casi sisea. –Da miedo, dice. Y no le falta razón. Incluso en un hotel de lujo de Los Ángeles, en una cálida tarde de otoño, Katie «sintió frío». ¿Y qué decir de la famosa frase: «Me comí su hígado con unas habas y un buen Chianti», que remata con ese siseo vampírico?
- Lo sorprendente de las memorias es la desconexión entre cómo el mundo veía al joven actor y todo lo que claramente pasaba por alto de él. Fue víctima de acoso escolar por lo que otros niños consideraban su gran cabeza, parecida a la de un elefante. Los profesores lo maltrataban y lo consideraban un completo idiota. Incluso sus padres prácticamente lo dieron por perdido.
- El cree que eso fue lo que lo forjó. «Me dio un núcleo de ira, resentimiento y venganza».
- En su primera reunión de Alcohólicos Anónimos, se dio cuenta de algo sobre todos los demás presentes en la sala. «Todos son inadaptados como yo. Como todos nosotros. Sentimos que nunca encajamos. Sentimos odio hacia nosotros mismos. Todos somos iguales. No estoy solo».
- Cuando le preguntaron si está preocupado por la creciente polarización actual, se mostró muy animado e intenso. «El mundo siempre ha sido un lugar de absoluta agitación. Pero creo que si continuamos por este camino de odio… estamos muertos. Nadie tiene derecho a opinar. Nadie puede tener una opinión diferente. Eso es fascismo. Y es una locura».
- Invitado a dar algún consejo al respecto, señaló: «Venga, basta ya de tonterías, de pelearnos por ideas. Solo son ideas y al fin y al cabo, un día estaremos muertos».
- Reflexionó sobre sobre su vida, consciente de que ha vivido muchos más años de los que le quedan por vivir. «La mayoría de mis amigos han fallecido, ya no están con nosotros, que Dios los bendiga. Espero estar por aquí un poco más. Pero incluso así, pienso: ´Bueno, lo pasé bien´».
- La entrevista finalizó con acento filosófico. Recitó: «No son largos los días de vino y rosas», reflexionando con un verso del poeta Ernest Dowson sobre la naturaleza efímera de la vida.
- «¿Qué hacemos aquí, qué somos?», preguntó. «No podemos explicar nada sobre nosotros mismos. Podemos tener ideas extravagantes, ideas religiosas, ideas filosóficas, ideas científicas… ¿de qué se trata todo eso? En última instancia, no somos nada, y sin embargo, lo somos todo».
Humanidad 
Excelente nota, llena de humanismo, simplicidad y filosofía de vida.
Gracias por compartir!!
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