Los sentimientos cambian. Se alternan en los momentos de nuestra vida. A veces nos encontramos con una sonrisa de oreja a oreja. Otras, con una ejemplar «cara de orto». ¿Por qué? ¿Cómo controlarlo?
Sin dudas, el humano es parte de un mundo, una galaxia, un invento de la «magia»: la magia que en algunos puede ser Dios, para otros la ciencia, y para otros cualquier cosa rara que pueda pasarse por la cabeza de un humano.
«Nunca más me voy a enamorar». «El amor es algo increíble«. Frases y determinaciones completamente antagónicas pueden darse en nosotros, en nuestras cabezas. Dependemos de la sociabilidad, de otra persona, para tener ese impulso, esa energía tan movilizante y especial como lo es el amor.
La nada nos puede rodear a veces. El todo nos puede avasallar cuando recibimos glorias, parejas, amigos y por sobre todo una compañía que nos escuche, que nos mantenga contenidos y alegres en este inmenso e ¿Insignificante? Mundo.
¿Dónde está el amor en tu vida? Fijarse en el qué y no en quién, es un método que sirve para aquellos que buscan no decepcionarse del otro humano. De la incompetencia, de los errores, de la mentira, de las diferencias.
Sin embargo, la armonía con el resto de los factores humanos y rutinarios continúan, con amor, sin amor. Nos mantenemos en constante movimiento, a pesar de nuestras emociones más fuertes, haciendo lo que hay que hacer.
Pero, dentro de todas las cuestiones que nos importan y nos movilizan día a dia, ¿Dónde está tu amor?
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