¿Guerra civil en Bolivia?

Mientras el analista Jorge Castro, advirtió que éste es el momento más critico de la crisis en Bolivia, capaz de desencadenar “una guerra civil”, el politólogo Carlos Escudé, sostuvo sin rechazar esa posibilidad, que se trató de “un Golpe de Estado”, pese a que las Fuerzas Armadas no tomaron el poder.

Discrepando agriamente sobre éste último punto, ambos coincidieron en resaltar las virtudes del presidente depuesto Evo Morales.

“Independientemente que en esta elección cometió errores garrafales, espantosos, Evo es un gran patriota, un prohombre que ha cambiado las estructuras y logró un crecimiento económico espectacular”, expuso Escudé en un debate televisivo.

Castro no negó el carácter “transformador” de Evo Morales, pero sí la calificación de Golpe de Estado. “El poder no está hoy en las instituciones, tampoco en el Ejército. Está en las calles. Los choques violentos son cada vez mayores. Es el comienzo de una guerra civil. Lo contrario a la ocupación de poder por un Ejército armado”, dijo.

Castro sostuvo que se llegó a esta situación por cuestiones estrictamente políticas y “el rechazo de la sociedad a la tercera reelección” de Morales. Recordó que él “violó la Constitución” y se hizo habilitar por un tribunal de justicia, porque consideraba afectado su “derecho humano”.

Reconoció que “el movimiento insurreccional” fue impulsado por un comité cívico de Santa Cruz de la Sierra, al que luego se unieron Oruro, Potosí y La Paz. “Eso lo ha derribado”, mientras las policía se amotinaba en todo el territorio, añadió.

Escudé aceptó las equivocaciones gruesas de Evo Morales, no obstante lo cual señaló las tasas de crecimiento económicas obtenidas, superiores – subrayó – a las de Estados Unidos, Alemania y Japón, según datos proporcionado por la CIA.

“Es una falacia decir que no hubo un Golpe de Estado. Quemaron casas de ministros, amenazaron al hermano de un diputado, afectaron la integridad física de las personas…y el ejército aconseja a renunciar…hay que ser justos”, le expresó Escudé a Castro.

Sin embargo, Castro siguió con su teoría “del vacío de poder creciente, donde nadie controla nadie. No hubo Golpe. Sí un estado de insurrección generalizada de gran envergadura y ahora hay dos facciones que pelean en la calle”.

Escudé no desconoció que podría desatarse por estas horas una guerra civil, pero insistió en que Evo fue derrocado, sin dejar de hacer notar sus críticas por la reforma constitucional que impulsó y por no respetar el resultado del referéndum.

“Hay desintegración…no hay poder político y un estado de insurgencia muy grave”, concluyó Castro.