Apegado al magisterio del papa Francisco, Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario para la pastoral de Villas, se explayó sobre el pensamiento de la Iglesia y los líderes realmente “populares”, no elitistas o clausurados en pequeños grupos selectos, según el texto público al que accedió Humanidad.
Lo hizo al hablar durante un encuentro en la Villa Marista de Luján, un tiempo antes de celebrar la Nochebuena, en el santuario de San Cayetano, en el barrio de Liniers, junto con el presidente Alberto Fernández, quien concurrió a “tender una mano a los que sufren”.
Carrara fue glosando textos “sencillos y claros” de Francisco. Sobre los líderes capaces de generar una pastoral popular en el mundo de los jóvenes, apuntó que hace falta que “aprendan a auscultar el sentir del pueblo, a constituirse en sus voceros y a trabajar por su promoción”.
Aclaró, al referirse a pueblo, que no deben “entenderse las estructuras de la sociedad o de la Iglesia, sino el conjunto de personas que no caminan como individuos, sino como el entramado de una comunidad de todos y para todos, que no puede dejar que los más pobres y débiles se queden atrás”.
Siempre apoyado en las enseñanzas del Papa, Carrara afirmó que “vivimos en un mundo exitista, donde si salís segundo sos el primero de los perdedores”.
“Muchas veces en una gran ciudad como Buenos Aires – señaló – nos preguntamos ¿dónde vive Dios? Si nos acercamos a las llagas de nuestros hermanos, nos encontramos con Dios que ya estaba allí antes de que nosotros llegáramos”.
Mencionó que hoy Cristo está llagado, entre otros, “en los niños, niñas y adolescentes que sufren la pobreza, en los ancianos olvidados, en aquellos padres de familia que han perdido el trabajo, en los pibes y pibas tirados en el pasillo consumiendo”.

Trajo a la memoria, una definición de Francisco, de 2013: “La Iglesia es como un hospital de campaña tras una batalla ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas…curar heridas, curar heridas…comenzar por lo más elemental…ser misericordiosos”.
Abordó la encíclica social Laudato Sí, que ha tenido más resonancia hacia afuera que dentro de la Iglesia. “El Papa dice que hay dos gritos que están profundamente entrelazados, el grito de la tierra y el grito de los pobres”. En éste punto, exaltó a Francisco por promover, tras su ajetreo en la ciudad y el Gran Buenos Aires (como Jorge Bergoglio) “experiencias de salvación comunitaria, no meras ideas o buenas intenciones”.
A los numerosos feligreses de la Familia Grande Hogar de Cristo con los que se reunió en Luján, propuso ahondar sobre 4 temas: 1) Recibir la vida como viene (con las estructuras pastorales dialogando, dejándose interpelar y transformar por la vida concreta), 2) Acompañar cuerpo a cuerpo (cada persona es sagrada, cada uno vale la pena, acompañando e involucrándose); 3) Hospital de campaña (transitando con los descartados, o los que no cuentan a los ojos del mundo) y 4) Experiencias o espacios de salvación comunitaria (que consta de varios tiempos, el tercero de los cuáles consiste en decir “no somos ángeles ni demonios. Dios nos ha puesto a caminar juntos, con nuestra belleza y nuestros límites, pero a caminar juntos”.
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