La dualidad mostrada por Mauricio Macri en los últimos reportajes no parece casual: resignificó los “banderazos” opositores que intentan parar “el atropello sistemático de las instituciones”, y aconsejó al presidente Alberto Fernández a “desenojarse” y “cambiar el rumbo”. Consideró que “está a tiempo” de “volver a empezar”, neutralizando o anulando (no explicó cómo) a Cristina y al kirchnerismo, a los que acusó de perseguirlo judicialmente a él y a su familia, en la causa del Correo.
En la entrevista que concedió hoy a Jonatan Viale por A24, completó un relato que lo ubicó fuera de cualquier pretensión electoral, para 2021 o 2023. “No hay necesidad de un parricidio”, dijo metafóricamente sobre su sucesión, para la que habilitó a competir en una PASO a varios dirigentes, entre los que citó a Horacio Rodríguez Larreta, Maria Eugenia Vidal y su primo Jorge Macri. No marcó a un favorito.
Puso el acento en que así como va la Argentina “no hay destino”. No mencionó el triunfo del MAS, en Bolivia, pero sí subrayó que no se puede estar “en conflicto” con el mundo y socios como Brasil, de Jair Bolsonaro; Chile, de Sebastián Piñera; Paraguay, de Mario Abdo y Uruguay, de Luis Lacalle.
Repitió autocríticas esbozadas en otros programas. Las principales: haber subestimado la herencia y no haber resuelto temas como la pobreza y la inflación. Insistió en la perversidad del kircherismo, que tiene “secuestrado” al peronismo e indicó que su misión es provocar un cambio cultural, para que los argentinos no vivan por encima de sus posibilidades y logren progresar en base al esfuerzo laboral.
Dejó abierta la incógnita de lo que vaya a pasar acerca del equilibrio de poderes y de la “rebeldía de mujeres y jóvenes” para avanzar en un acuerdo sobre puntos centrales en el marco constitucional, Algo que – reconoció – se verá afectado por un libro de próxima aparición, con “broncas” exteriorizadas por su hermano menor Mariano, que “nada tienen que ver con la realidad” y están emparentadas con las denuncias del kirchnerismo.

Aseguró que durante su mandato y en el presente. Cristina Kirchner “domina el sistema”. Expresó saber que varios gobernadores querían desprenderse de ella pero no lo lograron y el resultado “es que no hay un liderazgo claro” de Alberto Fernández.
Afirmó que se metió en política “por idealismo”, reflotó los pleitos con su fallecido padre, Franco Macri e insistió que de la encrucijada nacional “se sale sin magia, con las cultura legada por nuestros abuelos: trabajando”.
Renegó del apoyo dado durante su gestión (a través de Carolina Stanley) al dirigente social Juan Grabois, quien hoy está planteando replicar las tomas de tierra como ocurre en Guernica. “No logramos entendernos con él, tiene una forma de destrucción de la sociedad”.

En tal sentido, habló de su vínculo con el papa Francisco, de quien recordó el trato cotidiano que mantenían cuando era Jorge Bergoglio, cardenal de Buenos Aires. “Nunca entendí sus dobles mensajes. Conmigo hizo una tarea mancomunada y luego a los Grabois y (Gustavo) Vera, les decía cosas distintas…es una situación a superar. Él es el Papa, yo tengo que llevar a la Argentina a un camino de racionalidad, con un sistema de reglas”.
Sobre Sergio Massa, al que impulsó como candidato a Presidente en 2016, cuando lo llevó a Davos, se mostró “decepcionado. Tiene capacidad, es inteligente, pero no tiene credibilidad…sostiene la palabra sólo cuando le conviene. No era confiable antes y profundizó (esa desconfianza hacia su persona) volviendo al kirchnerismo”.
0 comments on “Macri cree que Alberto puede “volver a empezar” sin Cristina”