Por Silvina García Larraburu (Senadora FdT)
El primer año de nuestro gobierno fue el más atípico de la historia reciente. Asumimos en un contexto de profunda crisis económica y social, como consecuencia de un modelo basado en la especulación financiera que produjo el endeudamiento más descomunal de los últimos 100 años; quebró a 25 mil Pymes; retrotrajo el nivel de producción industrial a niveles de 2006; incrementó la inflación y en 2019 llegó al 55%; redujo el poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones y pensiones y pensiones; llevó la desocupación a dos dígitos y aumentó la pobreza, abarcando al 40% de la población.
En ese escenario, en el Congreso comenzamos por sancionar la ley 27.541, de Solidaridad Social y Reactivación Productiva y declaramos la emergencia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, energética, sanitaria y social.
El Presidente recuperó el rango ministerial de las carteras de Salud, Trabajo, Cultura, Ambiente, Ciencia y Tecnología; decretó el congelamiento de tarifas; inició la moratoria Pyme; y se lanzó la tarjeta Alimentar en el marco del Plan Argentina contra el Hambre.
Nuestro gobierno estaba comenzando a administrar las consecuencias de la crisis neoliberal e irrumpió la pandemia del COVID-19, que lejos de afectar sólo a la Argentina, desató la mayor recesión internacional desde la década del ´30.
En este nuevo contexto se debió robustecer un sistema sanitario en ruinas, se invirtieron más de 10 mil millones de pesos en infraestructura hospitalaria; se inauguraron 60 hospitales y construyeron otros 12 modulares en tiempo récord; y se incorporaron más de 3 mil nuevas camas de terapia intensiva.
Con el propósito de paliar los efectos socioeconómicos, se adoptaron un conjunto de políticas anticíclicas que permitieron sostener a las familias de menor ingresos, preservar el empleo y la producción. 9 millones de familias recibieron el Ingreso Familiar de Emergencia, 338 mil empresas accedieron al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP); 2.800 millones de trabajadores pudieron cobrar su salario; 47 mil empresas obtuvieron créditos FOGAR a tasas preferenciales; y las provincias recibieron asistencia financiera por 60 mil
millones de pesos. En las diversas medidas de contención el Estado invirtió más de 1.8 billones de pesos. El 6.9% del PBI.
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También resolvimos el problema de la deuda y la reestructuración abarcó al 99%; extendimos el plazo de los vencimientos; logramos un alivio por 37 mil millones de dólares; y reducimos el peso de los intereses como porcentaje del PBI en 2 punto para el próximo año. Como sostenía Néstor Kirchner, debemos crecer para poder pagar.
En materia de Ciencia y Tecnología se incrementaron las partidas asignadas al sector en 4.591 millones de pesos; se duplicaron los ingresos a CONICET; aumentaron en un 25% los subsidios de los proyectos de investigación científica y se inició la recomposición salarial de los becarios, que se encontraban bajo la línea de pobreza antes del 10 de diciembre.
Otro claro ejemplo de la vocación por la Ciencia y la Tecnología, la constituyó la misión SAOCOM 1B. Estamos entre los 10 países del mundo con capacidad de poner en órbita estos satélites y junto a Japón somos las únicas dos naciones que generamos una tecnología que permite optimizar el desarrollo productivo nacional.
Este año, y sorteando las dificultades de la pandemia, el Congreso de la Nación recobró protagonismo en nuestra democracia. En el Senado, duplicamos la actividad parlamentaria en relación a 2019: realizamos 32 sesiones, 215 reuniones de comisión, recibimos la visita de 284 expositores y aprobamos 127 proyectos.
Entre las iniciativas que sancionamos se destacan: el Sostenimiento y Reactivación Turística; la Ley de Alquileres; el Aporte Solidario y Extraordinario; el Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública; la Defensa de los Activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del SIPA; la Emergencia para Procesos de Concursos Preventivos y Quiebras; la Creación del Fondo Nacional de la Defensa; la conformación de Capitales Alternas; el Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento; La Educación a Distancia; La Promoción de Carreras Estratégicas; y en materia de salud seguimos ampliando la capacidad de respuesta estatal con la Ley del Donación de Plasma; Cuidados Paliativos;
Etiquetado; Telesalud; Historia Clínica Digital; Fibrosis Quística, entre otras.
Sabemos que fue un año muy difícil, pero el Estado estuvo presente acompañando a cada argentino y legislamos en función del interés general. Desde el Frente de Todos estamos comprometidos con la construcción de un mejor futuro y no pretendemos volver a la vieja normalidad de la pre-pandemia. Queremos un país más integrado y federal; un país sustentable, que abrace y proteja a la naturaleza de la que somos parte; un país inclusivo, en donde la solidaridad guíe nuestro accionar; un país para todos y todas.
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