Ayer te entregué mi cuerpo.
Hoy despierto
levantando mis jirones,
llorando entre flores,
sintiendo algo muerto
en mí.
Quemo todas tus cartas
y vaticina el noble fuego
la horda de lágrimas
que me harás echar si no me muero.
La sangre que corre
por un río de dolor:
¿qué es esta carne
sin tu calor?
Hoy me he quebrado.
Un domingo sin paz.
San Pedro me acompaña,
de luto él también está.
Me consuela mi verdugo,
aquel que me hizo caer.
Tus manos ya no estarán en mi cuello
intentando hacerme desaparecer.
Hoy me levanto y pienso:
¿y si ya no te quiero ver?
0 comments on “Hoy, domingo”