Una apuesta fuerte a la prevención social, sacando de la calle a los chicos atrapados por la pobreza y el consumo de droga, formalizaron ayer los curas villeros encabezados por el obispo Gustavo Carrara, durante la presentación por zoom del libro El club de mi barrio, escrito por el sacerdote Damián Reynoso.
“La idea de las tres C (Capilla-Colegio-Club) para fortalecer a las familias a través del catecismo a los chicos, se corresponde con la prédica del papa Francisco de las tres T (Tierra-Techo-Trabajo)”, explicó Carrara.
«Se trata de cuidar la vida. Nuestras tres C deben instalarse antes donde hay tanto sufrimiento y alejar las otras tres C: Cárcel-Calle-Cementerio”, sostuvo. Destacó en tal sentido que se trata de “vencer una oferta negativa que no se toma vacaciones ni hace cuarentena y poder llegar a cada rincón de los barrios con deportes y cultura”.
El padre Pepe, también participante del panel, subrayó “las transformaciones logradas con parroquias populares que socorren a los adictos y atienden los problemas de la gente en las escuelas y los campos de juego”. Dijo que la sacristía “no debe ser solo un lugar de culto cerrado, sino llegar al corazón de cada una de la familias”.
Reynoso, el autor del libro, aseguró que los clubes “se han convertido en una herramienta para prevenir y recuperar a los jóvenes en un marco de solidaridad y no mercadeo infantil”.
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