La permanencia a lo largo del tiempo del Movimiento Popular Neuquino como “una rara avis” dominante en la provincia patagónica – lo que no ocurre en otros distritos como Tierra del Fuego, San juan, Corrientes, Salta, Jujuy, por caso -, fue destacada ayer en la presentación del libro “El MPN y los otros”, de Gabriel Rafart.
En un Zoom organizado por la secretaría de extensión Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue, los presentadores y el autor destacaron el origen familiar del partido, con la impronta del apellido Sapag, más fuerte en el pasado que en el presente; y la característica – sinónimo de fortaleza, dijeron -, de dirimir sus cuestiones en elecciones internas, sin que “la facción” perdidosa decidiese nunca armar las valijas y partir en busca de otro cobijo político.
Rafart no se enredó en la polémica planteada en réplica a una de sus conclusiones por el exgobernador (2007-2015) Jorge Sapag, sobre el tema de la pobreza, pero sí hizo hincapié en las desigualdades sociales existentes hoy, traducidas en protestas sociales y falencias en el sistema de salud resaltadas por la pandemia.
Llamó la atención que el primero de los numerosos agradecimientos de Rafart a su trabajo, encomiado por los más variados sectores, haya sido al senador Oscar Parrilli, mano derecha de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Al hablar de “la cocina” del libro de 320 páginas, reveló que lo venía pensando con otros colaboradores desde hace más de una década.
Admitió que con el ascenso de Jorge Sobisch (1991-1995; 2001-2007), estimó – sin acertar – que “se clausuraba” una etapa en el MPN. Pero acotó que no considera sus conclusiones como “incuestionables”, sino que las somete a “la interpelación” de todos los actores actuales, dado que la obra abarca el cercano período de 1983 a 2019.
La historiadora María Beatriz Gentile resaltó “la continuidad” del MPN en un contexto nacional de alternancia y crisis muy fuerte. En Neuquén, dijo, “no hay oposiciones o fracasan” y el Movimiento – “con un origen peronista, su primer nombre fue 17 de Octubre”, recordó -, “se construyó desde un imaginario de un Estado de bienestar”.
Sin embargo, Gentile apuntó que el MPN no tiene una “identidad constante”, pues supo adaptarse “a los tiempos del neoliberalismo privatizador” de los ricos recursos provinciales, como “convivir con un discurso contrario, siempre acompañado por la ciudadanía”. Sugirió buscar “pistas” en el libro de Rafart, “una hoja de ruta” para las elecciones que tendrán lugar éste año, “en una provincia con una desigualdad importante”, indicó.
La politóloga María Esperanza Casullo, se lució al esbozar “no se si el enigma, pero, sí, el éxito” del MPN. Fue la que utilizó primero la expresión “rara avis” de un partido que ganó todas las elecciones a gobernador. “Es el único sobreviviente de un proceso sedimentado, en medio de la mortandad de los otros provinciales”.
Hizo eje en la democracia e institucionalización interna, al “margen de dedazos o desorganizaciones”, éstas últimas típicas del Partido Justicialista.
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Al comentar, con elogios, un reciente libro sobre el MPN, el exgobernador de Neuquén, expuso una mirada diferente sobre la pobreza: cargó culpas sobre la Nación en materia de inflación «galopante» y deuda externa.
“El MPN tiene internas y las utiliza bien. Multiplicó colectoras, con abortistas por un lado y antiabortistas por el otro y fue cachando de todos lados, al margen de las orientaciones ideológicas y la presencia de las élites de las familias fundadoras, que siguen funcionando como articuladoras de las diferentes líneas”, desasnó.
Como dato anecdótico significativo contó que el patriarca Don Felipe Sapag “cayó derrotado y se quedó adentro”. Agregó que el MPN supo apoyar y desafiar a los gobiernos nacionales. “Sabe ser oficialista y moverse de manera desprejuiciada”, dijo. Y consignó que así como Jorge Sapag pegó su boleta a la de Cristina en 2011, Omar Gutiérrez no tuvo reparos en acercarse a Mauricio Macri en 2015.
Empero, refirió que si bien el macrismo consideraba a Gutiérrez como “gobernador suyo”, ella le advirtió en su momento : “No se equivoquen, no es de ustedes. Ahora mismo, está apoyando medidas del presidente Alberto Fernández”.
Casullo lanzó una pregunta. ¿Qué pasará con el MPN, que en la última elección ganó con (apenaas) el 38 % de los votos, en las próximas legislativas?”. Fue ella quien señaló que es un partido que “no es opositor a ningún gobierno nacional”.
Rafart atinó a coincidir con su planteo, sin ofrecer una respuesta taxativa. Insistió en alertar sobre la desigualdad entre los neuquinos sin dejar de resaltar el funcionamiento de la democracia electoral en el MPN “sin crisis institucionales como en otras provincias”. ¿Ruptura? Sobre eso no ahondó, a sabiendas que el MPN tiene una senadora, Lucila Crexell Sapag, que siguió en su banca gracias a la muñeca de Miguel Pichetto (el excandidato a vice de Macri). La otra Sapag, Silvia, engrosa las filas del kirchnerismo junto con Parrilli.
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