Opinión Sociedad

Cómo sanar una herida profunda de desamor

Con delicadeza, Bernardo Stamateas, analizó lo que puede provocar en la infancia la falta de cariño y protección de alguno de los padres. La voluntad para sanar y reconvertir la historia con amor y plenitud.

Por Bernardo Stamateas (La Nación)

Mucha gente con la que tengo contacto suele realizar el siguiente comentario: “Mi mamá, o mi papá, nunca me quiso”. Padres que no estuvieron afectivamente presentes, que no cuidaron, que no abrazaron, que nunca dijeron un “te amo”, que ignoraron a sus hijos. Hay diversas maneras de abordar este tema, que es muy delicado, pero quisiera compartir una en particular.

En ocasiones, una mujer o un hombre no es capaz de querer a su propio hijo porque no pudo construir el rol de madre o de padre. ¿Por qué razón sucede esto? Por lo general, esto se debe a que existió algún trauma en su vida que representó una marca disruptiva: un antes y un después.

Puede tratarse de una muerte inesperada, de violencia intrafamiliar, de un abandono, etc. Dicho hecho traumático no le permite a la persona armar luego el rol de madre o padre, lo cual se manifiesta en que no logre amar a su hijo o hija. Esto no pretende, de ningún modo, justificar esta conducta, sino solo arrojar un poco de luz para entender un camino, de los muchos que existen, de por qué la creación más hermosa que es un hijo no es envuelta en amor.

LEER MÁS:

Seguimos hablando del amor porque es un enigma

La autora del libro «Y sin embargo, el amor», Alexandra Kohan escribió que seguimos hablando de ese enigma no para saber qué es, sino para seguir sin saberlo. En la Facultad de Psicología de Tucumán.

En estos casos, pensándolo hacia adelante, deberíamos preguntarnos: “¿Quién sí fue capaz de construir ese rol? ¿Una abuela o un abuelo? ¿Una tía o un tío? ¿Una hermana o un hermano mayor?”. Seguramente hubo alguien que lo hizo y se convirtió en un “tutor resiliente”, que acompañó y ayudó a ese hijo brindándole amor y edificándolo a través de las palabras.

Aquel que sí estuvo presente y amó a ese niño o esa niña, de alguna manera, compensó una carencia. Entonces, esa persona que no se sintió amada por mamá o por papá, hacia adelante, debería preguntarse: “¿Yo puedo amar a los demás (llámense pareja, hijos, amigos, etc.) y darles todo aquello que a mí no me dieron?”.

Cuando, en el presente, decidimos voluntariamente activar eso que, en el pasado, vivimos de forma pasiva, de a poco vamos sanando la herida profunda del desamor. Así, vamos transformando, aquí y ahora y hacia adelante, una historia de dolor y carencia en una historia de amor y plenitud.

0 comments on “Cómo sanar una herida profunda de desamor

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s