Salud Pública Sociedad

Hambrientos de cuerpos vistosos, vacíos de contenido

Doctor en psicología, exfuncionario, Juan Yaría convive todos los días con cientos de miles de casos de drogadicción. Aquí su sapiencia para describir el negocio en desarrollo del "sugar dady" y del "sugar baby".

Por Juan Alberto Yaría

“Busco un “papi y con dólares …la fiesta es mi objetivo” (datos clínicos de algunas jóvenes de hoy)

Hay un «combo» en donde la cocaína va unida a la transacción de mujeres. El negocio de la explotación femenina va unida a la venta de cocaína en sedientos de una excitación instantánea y que bordea la perversión. La cocaína esta en explosión de consumo y de oferta y para hacerla màs atractiva ofrece mujeres de distintas características. El negocio del “sugar dady” y del «sugar baby» está en desarrollo. Proxenetismo y pederastia en ascenso.

En varias supervisiones clínicas que realizo de psicólogos y psiquiatras aparece como nuevo fenómeno clínico mujeres jóvenes que quieren ser “sugar dady” (amantes de un mayor adinerado o como ellas lo llaman: «un papi”) o sea buscan quien les provea de dinero, con aderezos apetitivos para ellas como son la cocaína y el alcohol.

Sus ayudantes serán los esteticistas que asegurarán pechos y “colas” tentadoras. Sus mundos acaban ahí, todo con cocaína y alcohol; y variados maquilladores junto a expertos en tinturas de cabello femenino y peinadores que harán la tarea de ofrecerlas como objeto deseable para muchos hambrientos de un cuerpo vistoso, aunque vacío de contenido.

Hay lugares de Internet que ofrecen “sugar dady” con “sugar baby”. Mayores con menores. Pederastia al por mayor o con mujeres que recién han cumplido los diez y ocho años o antes. Se prefieren las menores. “Ya no necesito esperar a mi media naranja; es eso es antiguo“, dicen algunas con una des-familiarización que avanza a ritmos agigantados acuentuando la decadencia cultural. Es en todas las clases sociales ya que es casi un ideal identificatorio en tiempos de orfandad cultural y afectiva.

Incluso se ofrecen “sugar baby” o “sugar dady” a matrimonios que desean ampliar sus experiencias en un “poli- amor” que culmina habitualmente con depresiones y resacas de insatisfacción en tríos o cuartetos llenos de drogas y alcohol.

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La cultura del trabajo fenece y ya no es un valor por alcanzar ni prometedor. La “plata fácil” aun arriesgando el cuerpo, su salud mental y su destino como mujer aparecen como el valor privilegiado en estos seres vacíos que se venden al mejor postor en dólares. A veces como pago solo basta la dosis de cocaína y una reserva para tener. Seres químicos y degradados.

Lo pueden hacer ofreciéndose por páginas de Internet (Facebook, Instagram, organizaciones de transacción de mujeres con drogas, etc.etc…todo vale).

Van transformándose en adictas rápidamente y en muchos casos participan en fiestas dionisíacas por cada noche en donde después de dos o tres funciones empiezan a delirar y les puede pasar cualquier cosa: sobredosis, ataques suicidas, delirios de agresión al “papi”, etc.

En otras circunstancias quedan expuestas a la propia alienación del “papi” que entre Viagra, drogas y alcohol puede golpear y/o las somete a varios hombres o mujeres en un ejercicio de perversión sexual no exento de sadismo y o masoquismo también sexual.

Muchas además son dueñas de un “Padrino” que regentea una cantidad de chicas y las domina también con cocaína que empieza a ser su alimento diario y necesario. El dominio alcanza su máximo esplendor mostrando la cara siniestra de la esclavitud.

La historia de muchas de ellas que conocí en mi carrera profesional es que se van empobreciendo, avejentándose, siendo jóvenes hasta quedar entregadas a proxenetas que las transforman en esclavas.

Byung-Chul Han en su libro “La agonía del Eros” anuncia la prostitución del amor. Se ha prostituido este término. Ya que es solo un producto de consumo. Es el triunfo del narcisismo en esta sociedad tecnológica y con la cocaína a la mano en explosión no solo de consumo sino de producción liberada.

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Es la historia de la mujer objeto, el hombre-succionador del otro que no es otro como individualidad sino un objeto que solo sirve para saciar al instante y desde el instante porque su vida disociada de empresario o profesional o de “laburante empobrecido” que solo siente un poco de placer en esta mezcla química de carne junto a químicos.

La alteridad (Diccionario de la Academia Española) desaparece ya que la alteridad implica la condición de ser otro para que el amor tenga efecto. El narcisismo como altar del EGO anula al otro.

Los griegos decían – con razón- , que solo el Eros – Dios griego que gobernaba la vida de todo los dioses -, nos podía sacar de nuestro infierno narcisista. La cocaína hoy alimenta el narcisismo de una manera total y el amor o sea el otro deseante es solo un objeto.

Eros y Porno se contraponen ya que porno es individualismo y exhibición llegando a la actual mercantilización del amor. “La pornografía profana a Eros“, dice un filósofo.

Se va a la legalización de toda la cadena del narcotráfico (Semanario “la Semana” abril 2023 – Colombia). Lo anuncia el Fiscal de ese país, Francisco Barbosa en República Dominica en un evento sobre finanzas criminales y el papel de las instituciones contra el lavado de activos realizado la semana anterior: el Fiscal con valentía anuncia que en su país se intenta permitir la importación de precursores para el procesamiento de cocaína.

Se proponen en contra de la acción de la Fiscalía legalizar toda la cadena del narcotráfico. Desde la costa caribeña salen – nos dice –. mil toneladas de cocaína.

Además, en Colombia cayó un 39% la incautación de cocaína según informa el Ministerio de Defensa. De 121 toneladas incautadas en 2021 ahora son 74. El ejercito no ha erradicado ni una sola hectárea de cultivos ilícitos durante este este año. (Semanario “la Semana” abril 2023 – Colombia).

Esto significa que el principal país productor ha liberado no solo la producción sino también la exportación a través de países amigos la cocaína.

Nosotros recibiremos o ya recibimos todo esto y muchos sucesos delictivos son solo la cara visible de una cotidianeidad horadada por perversiones y enfermedades sociales. Así estamos. Tratemos de cuidar nuestras ciudades, familia, barrios y escuelas. La Prevención siempre baja la prevalencia del consumo. El trabajo legal es la otra terapia fundamental junto a una escuela activa.

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