Conocer los extremos puede servir para alcanzar el equilibrio. Dependerá de la determinación que se tenga para lograrlo.
Alguien que le tiene miedo a los autos, por temor a sufrir un eventual accidente de tránsito, tiene varias opciones. Una es dejarse llevar por la paranoia y no salir de su casa, pensando que si se calza las zapatillas se está entregando a las gomas de los neumáticos. Otra es olvidarse del peligro y brindarse a la vida misma, pudiendo sufrir un revés por desprevenido. La tercera posición se encuentra en el medio, sin miedo. Vivir, con cuidado.

«Existen personas sensatas que no prevén las decepciones y no consideran la deshonestidad, aunque son conscientes de ellas desde un principio». Esta frase se encuentra en el Libro de las Mutaciones de Confucio, en un apartado que destaca la prudencia y la preparación de la protección ante cualquier imprevisto.
Los seres humanos tenemos miedos, angustias, ira, enojos, fantasías. Muchas ideas pueden andar por la mente mientras los sentimientos agobian al corazón. ¿Qué mejor que ser consciente del peligro pero a la vez permitirse vivir? En un famoso museo de Moscú, aparece una obra titulada: «será lo que será».


Toda mi vida le tuve y le tengo miedo a las alturas, fobia diría yo.Me negué por muchos Años a no viajar hasta que estube muy enferma es ahí donde entendí que el miedo no es malo completamente,pero no sé puede vivir la vida con miedo.Entonces decidí perder el miedo y ahora estoy saludable y más Felíz.