Si el presidente del radicalismo, el mendocino Alfredo Cornejo, pretende ser prenda de unidad como candidato por la oposición al peronismo en 2023, deberá tomar en cuenta lo que están pergeñando algunos correligionarios. Por caso, el gobernador de Jujuy y secretario general del partido, Gerardo Morales, quien mantiene un buen feeling con el jefe de Estado, Alberto Fernández, salvo por la prisión domiciliaria a la que todavía está sometida la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala.
Humanidad dio cuenta del furioso anticristinismo de Cornejo y su desilusión con Alberto. Sus pretensiones, empero, recibieron una fuerte parada en seco cuando los dos diputados nacionales por Jujuy, Jorge Rizzotti y María Burgos, se desmarcaron del bloque de Juntos por el Cambio, y ayer aportaron valiosos votos para que la Cámara baja aprobase el aporte extraordinario y solidario a las grandes fortunas.
“Morales está en el buche y le romperá el esquema a la UCR”, dijo al pasar un articulador de la fallida concertación K, entre Néstor Kirchner y un sector del radicalismo del que fue mentor, por más que no se recuerde hoy, el propio Cornejo al catapultar a su comprovinciano Julio Cobos.
LEER MÁS:
Morales quiere hacerse fuerte en la oposición, sin liberar a Milagro Sala
El gobernador no desconoce las presiones ni la crisis del Superior Tribunal de Jujuy. Pero rechaza una intervención judicial. «Alberto tiene más problemas con Cristina que con nosotros», declaró.
Es que el aguerrido mandatario norteño (quien también tiene un vínculo estrecho con Roberto Lavagna), sepultó la alianza con Mauricio Macri y se recostó en el gobierno nacional para hacerse de una masa de recursos extra y combatir la pandemia que castiga a su provincia y hace peligrar la realización de los carnavales de la Quebrada de Humahuaca, en febrero.
Morales no esconde las cartas, como hacen otros boinas blancas que están a la espera del resultado de la negociación entre el gobierno del Frente de Todos y el FMI. Valoró el impuesto por única vez a los ricos y anticipó que trabajará para que prospere en el Senado controlado por Cristina, pues es necesario que “los programas nacionales tengan un anclaje”.
Sin ruborizarse, aplaudido desde España por el embajador Ricardo Alfonsín, Morales dijo que si no hubiera sido por el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y alguna que otra ayuda no hubiera podido sobrellevar con dignidad la situación generada en su provincia.
“Si los que más tienen – argumentó en contra de Fernando Iglesias, quien lo ubicó entre los “panqueques” -, no van a hacer un aporte adicional por única vez para generar un fondo, ¿en qué país vivimos?”. Morales espera que los Ministerios de Economía y Desarrollo Social le giren recursos del Programa Potenciar, para urbanizar asentamientos precarios.
Hay un ala radical que, sin la responsabilidad ejecutiva de Morales, también reniega de la subordinación al PRO y busca algún emergente, como el que impulsa el histórico Enrique “Coti” Nosiglia, desde la ciudad de Buenos Aires.
Ayer llamó la atención que otro veterano excandidato de la UCR, Juan Manuel Casella, ignorase a Cornejo para señalar como líder emergente de la UCR al senador Martín Lousteau, precisamente «pollo» de Nosiglia.
Mientras los jujeños Rizzotti y Burgos eran tildados de “traidores” por los miembros de su bancada, Casella (alérgico al peronismo cristinista), consideró no solo “correcto y justo desde el punto de vista distributivo”, el aporte solidario extraordinario, sino que se permitió dar un consejo constructivo: sugirió a Alberto no dejar cabos sueltos para evitar acciones judiciales y encarar pronto una reforma al sistema tributario con “orientación progresista” para que efectivamente “aporten más los que más tienen”
Humanidad 
0 comments on “Morales, el grano que le salió al radicalismo de JxC”