Aquí y allá vamos a estar. Con o sin aire nos vamos a encontrar. Desnudos o vestidos veremos al mar. Sentiremos el agua y la brisa chocar. Chocar contra nuestro cuerpo, curioso por saber cuándo se irá. «Tranquilo, eso ya lo sabrás», le digo. Estar tranquilos es nuestra mejor opción.
Sufrir por el adiós no vale tanto como apreciar el ahora. Ahora existo. Mañana tal vez. Ahora me muevo. Mañana tal vez. Ahora recuerdo, pienso y vivo mi vida. Mañana no se.
Al final, todos y todas iremos al mismo mar. Ese mar que lleva y trae sin poder diferenciar entre lo nuevo y lo viejo, lo conocido y lo desconocido. Porque llegamos desnudos y nos vamos desnudos. Nuestra alma, cobijada por nuestro cuerpo, experimenta la belleza y la tristeza de vivir. Nuestra alma no sucumbe a pesar de la pena. Nuestra alma llora y ríe, pero jamás se retira. Nuestra alma conoce el momento exacto de la despedida.
Ojalá nada la alcance. Ojalá nadie la moleste. Aquello solo entorpecería un poco las cosas, pero no las transformaría. Ella sabe lo que nos va a pasar. Ella nos asegura la inseguridad. Ella vive hasta la eternidad. O al menos eso me gusta pensar.
0 comments on “Cerca del final”