«En un discurso de aceptación de un premio, Sean Connery contó que fue a almorzar con su primer agente, un hombre mayor que él. En un momento de la charla el agente le dijo: Sean, la vida es buena, pero el tercer acto es una mierda, ¿no?».
En una sección titulada el cuento por su autor, en Página 12, Carlos Chernov nos introduce a «Forever young», un relato ácido, implacable y realista (https://www.pagina12.com.ar/399277-forever-young?utm_term=Autofeed&utm_medium=Echobox&utm_source=Twitter#Echobox=1644146113).
Allí dice: «La vejez es una etapa extraña. Se suele tener tiempo libre, pero queda poco tiempo de vida. A las enfermedades y tropiezos del cuerpo, la muchas veces precaria condición económica y la progresiva soledad por la pérdida de los familiares y amigos, se agrega la melancolía de que los amores tengan un final próximo. Sin embargo, es un tiempo vacío y con pocas obligaciones que se puede aprovechar para realizar deseos postergados».
«Muchos de los que todavía se valen por sí mismos ayudan a sus familiares en trámites y ocupaciones de poca monta; otros disfrutan o padecen a sus nietos; algunos – agrega – matan el tiempo frente a las pantallas».
Pero el personaje del cuento – refiere Chernov en primera persona -, «no se resigna a renunciar a sus emociones y quizá consigue más excitación ahora que en su vida anterior».
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